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Mostrando las entradas de noviembre, 2021

Das liebesverbot, de como la música me salvó la vida.

En aquel momento mi corazón latía por derecho propio y la sangre fluía por inercia. Vivía en una celda de 2x3 m2. Habían 3 camas adosadas al muro, un baño, una pequeña ventana con grandes barrotes y celosía. La puerta de la celda era metálica de unos 5 cm de espesor y tenía una pequeña ventanita del tamaño de un billete. El dióxido de carbono era al aire como mi esperanza al vacío. En aquel espacio vivíamos 5 personas, 5 mundos tan distintos. Yo había llegado de los últimos y me correspondía dormir en el suelo, debajo de una de las camas. Me sentía como en la tumba, durmiendo en el nicho de una necrópolis de la desesperanza, haciendo patria con la araña de rincón (mi peor pesadilla) los chinches y las vinchucas. Por las noches me faltaba el aire. Hacía el esfuerzo de sacar mi boca por entre los barrotes para respirar una bocanada de vida. El instinto de mirar las estrellas chocaba con esa barrera llamada celosía; un obstáculo para iluminar mi espíritu con aquella luz inmarcesible que y

Dos caminos (sueño)

  Soñé que me encontraba al interior de un pequeño campo que estaba cercado por todo su perímetro. El pasto estaba crecido, parecía un lugar deshabitado, pero yo sentía que era mi campo. Cuando me vi a mi mismo, me fijé que llevaba puesta una túnica blanca y comencé a practicar tai chi. Luego me percaté que antes de llegar al pequeño cerco había una acequia que nos separaba. De un salto llegué hasta el espacio que quedaba entre la acequia y el cerco y comencé a caminar hacia el norte. Vi que por fuera del perímetro había una hermosa casa de madera pintada de blanco. El cerco en ese lugar estaba lleno de ajíes de color verde y yo sentía que esa casa era un lugar extraordinario. Luego me devolví y caminé hacia el otro extremo del perímetro. Allí había dos puertas; una daba hacia el Oriente y la otra hacia el sur. La altura del cerco llegaba hasta mi cintura. Cada puerta daba acceso a su propio sendero los cuales se perdían en el horizonte. El sendero de la puerta  Oriente se perdía en un

Maldito

Aquí está el que te hizo mierda el alma el que tomó de tu amor lo que quiso el que robó tus sueños y pisó tus lágrimas       yo soy la escoria de tus dias,                             mátame si así lo deseas.  Yo te engañé con mentiras de amor  te mentí como jamás nadie supo me reí de tu amor escupiendo tu sonrisa             yo soy la miseria de tu vida,                             merezco morir en el olvido.  Jamás sentiré un amor como el tuyo  odiaba la pureza y los sonidos de tu boca  odiaba la luz que iluminaba mis tinieblas              yo destruí tu inocencia,                              bórrenme del libro de la vida.  Hiciste tanto por amar esta mentira  más de lo que puedo imaginar me diste la vida del fruto de tu vientre             valgo menos que un difunto,                              dejen que me pudra en el infierno.  Ahora que soy viejo comprendo que he perdido  ahora que ya es tarde comprendo lo que fui  ni en esta ni en la otra descansa en mi tu alma             no