El poeta


Encontrar la paz

en la cima de la montaña

no es ninguna azaña

dejar de fumar tampoco

es como quitarse la uña encarná.

Intento escribir

desde la mazmorra

entre el ruido obsceno

de la música que aleja una bandada

la maquinaria que destruye la madera

y el aserrín que se adhiere a la pintura, 

pintar es más difícil.

En ocasiones se abren los portales

y me usan las palabras

otras veces las pienso

pero no me gustan

aun así las escribo

aunque la mente las destruya.

Tengo los vocablos

que aprendí desde pequeño

como un arsenal dispuesto a todo

deseo expresar esto y aquello

y pienso en los grandes

en su magnifica prosa

en la métrica precisa

en la academia, el terno

y la corbata. 

Pero yo estoy en la fosa

mi entorno es decadente

crearon un lenguaje abyecto

no más de trescientas palabras

que insultan y denigran

cargadas de perversión y desamor

yo las manejo todas

conozco sus raíces

y me pregunto si es que acaso

nombran una realidad

que merezca ser poema

aunque no sería para ellos

porque no saben leer

entonces quién las leería

quién podría descifrarlas;

un perro watón, un loji

un malaya?

No quiero hacer apología 

de lo ordinario

los filósofos no lo leerian

la poesía es belleza

mas no quiero que mienta

ni oculte mis designios

quizás el cuento o el relato

abracen lo imperfecto

les sentaría bien estas palabras:

"rescaté un mono pa la volá

un chinchorrazo de pana

pa quedar botao

no me tiren la macumba

o si no me atrapo

cualquiera que me de jugo

lo muelo a palos"

Esto es absurdo e irrisorio

leyendo a Cernuda

descubrí sempiterno

tuvo sentido buscarla

algo creció en mi interior

un nuevo horizonte

pero quién diablos

buscará chinchorrazo

que sujeta pronunciarla?

mejor que no existiera

pero viaja, vive y rebota

así como eunuco

eufemismo y sacerdote.

Aquí reina lo estético

la belleza del sonido

no es más que una máscara

belladona es un veneno

y sacerdote también

pero yo no vengo aquí

a juzgar a las personas

soy tan ignorante

como el sabio

por eso me callo

me gusta escuchar

a los perdidos

a los que sin saberlo

me edifican

a los que les faltan los dientes

pero no maldicen

al que le devolvió

la cadenilla de oro a mi madre

en el patio de la cárcel.

A estos que ni fama ni gloria

ni canciones ni poemas

estos morirán en el olvido

sin embargo, algo queda

más que un recuerdo

la prolongación de aquella vida

en la forma de un gesto

una semilla sembrada

por un hombre sin nombre

carente de estandartes

y cetros promiscuos

no es que los venere

ni les rinda culto, 

me cansé de los caballos cojos

y de los viejos estandartes

a mi no me vengan

con cuentos chinos

que he visto muertos

cargando adobe, 

no me digan a quién amar

o a quien odiar

no hay sotana que respete

si la pulpa esta podrida

ni la plata ni el oro

me entregan más que un buen poema

o una linda canción, 

luego el poto y las tetas. 

Y vuelvo a mi entorno, 

la música bastarda

sigue sonando, 

la madera hecha mierda

convertida en mesa,

la pintura y el polvo

debajo del toldo,

y a pesar de todo

termino estas líneas, 

como el gran sensei, 

el gran rajá, el gran gurú, 

y en la cima de ninguna parte. 









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