El placer de la noche

El placer de la noche.

El placer de la noche
mira el reflejo de la luna
en tus ojos quietos.
La brisa esparce tus cabellos
y seca la humedad de tus pupilas;
cesan las imágenes y caen las sombras.

El silencio es el guardián de tu aire místico;
despliegue erótico, libido perversa,
que va tomando la forma de un suspiro,
cuando te cuelas en mi alma y la arrebatas.

Ahora es el deseo que me tiene poseído,
la imagen de una danza fértil, húmeda,
dónde se pliegan nuestros cuerpos
al compás de un ritmo volcánico,
dónde eres mi yo más cierto,
dónde lo profano es lo sagrado.


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